viernes, 13 de noviembre de 2015

Gerente Medio: Actor Principal del Cambio



La literatura sobre procesos de cambio tiende a colocar excesivo énfasis en los líderes organizacionales, olvidando que el gran actor del cambio es la gerencia media. Al igual que los grandes líderes militares, los grandes ejecutivos tienden a llevarse todos los reconocimientos por las batallas de la gestión del cambio, pero al igual que en el campo de batalla son los líderes de las distintas unidades y subunidades de combate los que logran el éxito en la misma.

Más allá del merecido mérito de los líderes organizacionales por la orientación estratégica que imponen y la filosofía que transmiten a sus liderados, el éxito de los procesos de cambios no debe perder de vista la contribución central de la gerencia media.

Quienes hemos trabajado en grandes organizaciones sabemos que frente a los procesos de cambio aparecen a nivel de los grupos de trabajo todo tipo de incertidumbres y desconfianzas y ante ellos los liderazgos son clave para calmar las aguas, aportar claridad y sentido de dirección.

Una función de estos líderes consistirá en guiar racionalmente a su equipo de trabajo proponiendo reflexiones que contribuyan al mayor estado de consciencia relativo a las necesidades que promueven cambio, sus implicancias –tanto negativas como positivas- y al mejor modo de posicionarse para apoyar el proceso de cambio.

Pero la búsqueda de un mayor estado de consciencia de ningún modo excluye la gestión de las emociones al nivel del grupo. Por el contrario, los líderes cumplen una función clave central desactivando las emociones negativas de sus equipos, aquellas que tienden a generar parálisis o resistencia.

En estos casos el liderazgo exige alta empatía con los miembros del equipo, un entendimiento de lo que pasa en ellos y a partir de compartir esas vivencias contribuir a cambiar el estado emocional. No se trata de manipularlos a través de mecanismos de control o de culpa. Se trata de posicionarse entre ellos para mostrar posibilidades no exploradas que muestran oportunidades de mejora reales, no ficticias. Y a través de estos “descubrimientos” contribuir a generar un estado emocional apropiado para afrontar los beneficios.

En esta labor los líderes trabajan para el alineamiento de su equipo con los objetivos organizacionales. Esto supone dejar de lado su ego y sus opiniones divergentes, para verse como miembros de una gran organización donde existen intereses superiores a los propios y buscar esa convergencia de energías que supone el alineamiento.

Este liderazgo también incluye la dimensión ascendente. Es responsabilidad del líder de equipo hacer conocer a su superior las necesidades de éste, procurando que el alineamiento también sea bidireccional. Se trata de una tarea muy complicada cuando se trata con superiores egocéntricos e insensibles, pero no por ello el líder de la gerencia media debe intentar realizar este esfuerzo.

En todos los casos, el lenguaje es la herramienta fundamental de este gerente medio. Sus palabras y el tono elegido hacen la diferencia para generar el clima positivo (de credibilidad y legitimidad) para afrontar el cambio.  

Una adecuada “gestión del cambio” debe otorgar particular atención en la capacitación y funcionamiento de los gerentes medios, así como de sus competencias para cumplir la misión encomendada. El coaching ejecutivo contribuye con su  desarrollo profesional y personal, durante los complejos desafíos que el cambio impone.

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