Sabemos que aprendemos
en base a repetición, nuestra educación
escolar da prueba de ello. De igual
modo, el desarrollo de nuestras destrezas requiere de repetición, tal como nos lo
enseña la actividad deportiva. La repetición es esencial a nuestro aprendizaje y superación.
También, sabemos que
nuestra realidad personal es producto de los diálogos internos, en los cuales
vamos preguntándonos y respondiéndonos acerca de todo lo que nos sucede o puede sucedernos. En ese dialogo tendemos a preguntarnos siempre
las mismas preguntas en relación a una realidad que es dinámica.
Este diálogo
interno, se encuentra influenciado por factores externos que lo condicionan. Del
plano de la política surge lo que podemos y no podemos hacer. Del plano de la
moral nos marcan que debemos y que no
debemos hacer. Del plano del conocimiento nos indican que sabemos y que ignoramos.
Del plano material surge lo que tenemos y lo que carecemos. De este modo, el mundo exterior condiciona nuestros
pensamientos marcando límites en relación a lo que podemos, debemos, sabemos y
tenemos.
Así es como el
diálogo interno es el que nos permitirá conformar “nuestra realidad” y también será
determinante de nuestro carácter y personalidad.
Siendo
conscientes del poder de las preguntas y de los procesos mentales que desencadenan,
podemos influenciar nuestro accionar y nuestra felicidad, cambiando deliberadamente
“nuestra realidad” y reconfigurando nuestro carácter y personalidad de un modo
positivo y constructivo.
Proponiéndonos un
conjunto recurrente de preguntas podemos desencadenar estos cambios.
Algunas de
las preguntas poderosas son las siguientes:
·
¿De qué debo estar agradecido y por qué?. Nos
ayudará a generar un sentimiento de gratitud y serenidad, reemplazando
sentimientos opuestos.
·
¿A quiénes realmente amo y por qué?. Las
personas que amamos son frecuentemente fuente de alegría. La respuesta a esta
pregunta iluminará nuestra alma.
·
¿Qué me causa entusiasmo y por qué?. Ante
el desánimo o falta de rumbo, las
respuestas a esta pregunta nos brindarán energía y una hoja de ruta para
nuestro accionar.
·
¿De qué realmente me enorgullezco y por
qué?. Recordar aquello que nos ha generado
sentimiento de orgullo, ayuda a revalorizarnos en tiempos oscuros
·
¿Cuáles son las 10 cosas más bonitas que
puedo observar en este momento?. Esta pregunta adiestra nuestro cerebro a pensar positivamente.
·
¿Cómo he llegado a tener tanta suerte?. Muchas veces nos sentimos desafortunados
por comparar nuestra vida con la de
otros o con situaciones deseadas, pero no reales. La respuesta a esta pregunta ofrece una
perspectiva útil para descubrir lo maravilloso de la propia vida, más allá de
los infortunios.
·
¿Qué puedo hacer hoy para crear el futuro
que deseo?. La respuesta
a esta pregunta abre la puerta a tus sueños y te mantiene enfocado en metas
idealistas
·
¿Qué puede pasar de bueno hoy? Empezar el día con esta pregunta
predispone para crear un gran día
·
¿Cuáles son las tres mejores cosas que me
han ocurrido recientemente? Esta pregunta nos llevará a recordar lo mejor de nuestra vida, aquello que
mayor alegría nos ha causado
·
¿Qué puedo hacer para aumentar la alegría en
los demás?. Una vida bien vivida es aquella que cuando
miramos atrás nos hace sonreír. Finalmente, el propósito de la vida es ser útil
a los demás. Cuanto más rebosantes de amor y felicidad estamos, más y mejor
podemos transmitir ese amor a los demás.
Estos trucos
mentales, nos ayudan a ser más felices y dar más felicidad a quienes nos
rodean, generando así un círculo virtuoso. Nada se pierde con intentarlo.
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