El coaching
al sucesor de una empresa familiar plantean desafíos muy particulares para el
coach.
Normalmente,
estamos hablando de jóvenes con alto potencial, que deben avanzar en su
desarrollo personal y profesional para estar a la altura de los desafíos que en
algún momento deberán asumir.
En estos
casos el coach debe contribuir para que el sucesor desarrolle su propia y
desafiante agenda de desarrollo personal y profesional. Esto supone plantearse
no solo objetivos en el plano de
conocimientos a adquirir, sino muy particularmente como desarrollar las destrezas
basadas en comportamientos y hábitos que carecen o se encuentran poco desarrollados.
Como sucede
frecuentemente, en las sesiones de coaching surgen ideas valiosas respecto a cómo
convertirse en el ejecutivo que uno quiere ser. Sin embargo, cuando se retorna
al día a día, se recae en los comportamientos habituales que nos alejan de esas
nobles aspiraciones.
Por tanto, es
clave que el proceso de coaching contemple un plan de ejercitación de las
conductas que se pretenden incorporar. Esto supone dedicar tiempo para la
práctica, evaluación y fortalecimiento de las habilidades de liderazgo
pretendidas.
Para
desarrollar y dominar nuevas habilidades de liderazgo un programa de coaching
debe fijarse por lo menos tres pasos:
·
Comenzar por una evaluación ponderada que permita
identificar las fortalezas de liderazgo que se tienen y las oportunidades de
mejora. Este diagnóstico tiene que creíble
a los ojos del sucesor. El sucesor no cambiará sus comportamientos sino no comparte
la idea de que los mismos deben ser modificados
·
Elegir
cuidadosamente los comportamientos a desarrollar y concentrarse en este cambio.
En particular es clave elegir áreas de mejoras vinculadas a necesidades de negocios
concretas. De este modo, podrán conjugarse el sentido de necesidad con el de
urgencia, contribuyendo al mayor foco en el desarrollo de comportamientos
previamente identificados
·
Asimilar al coach en un socio co-responsable en el logro
de los nuevos comportamientos. Esto obligará a una relación asociada para el
seguimiento personalizado de los nuevos comportamientos y su consolidación en
nuevos hábitos totalmente alineados a objetivos de negocios
De este modo, la inversión que realiza la empresa
familiar en el desarrollo del sucesor tendrá un retorno más rápido y asociado a
resultados tangibles.
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