jueves, 22 de octubre de 2015

Los Ejecutivos que Resisten el Coaching



Es común que ciertos ejecutivos se muestres renuentes a participar en procesos de coaching. 
Hay varias razones que pueden generar ese comportamiento. Entre ellas:


No querer cambiar. Mucha gente sabe o intuye que el proceso coaching exigirá cambios en sus hábitos y conductas que no están dispuestos a encarar. Si el coaching implica llevarte al máximo de tu potencial, esto significa sacarte de tu zona de confort y llevarte a experimentar desafíos que no todos están dispuestos a enfrentar. En algunos casos este comportamiento responderá a la búsqueda de comodidad-mediocridad por sobre la búsqueda de la excelencia. En otros podrá responder al comportamiento narcisista de quien asume que hace todo bien y no tiene nada que aprender junto al coach (no se trata de aprender del coach).


Miedo a mostrarse vulnerable. Mucha gente asume que contar con un coach los muestra como quienes tienen un desempeño inadecuado, que no consiguen alcanzar por si mismos los objetivos pretendidos. Les cuesta interpretar que en realidad el coaching supone que el coachee tiene un enorme potencial y que con un proceso conversacional puede adquirir un mayor nivel de consciencia relativo a como alcanzar de modo más efectivo tales objetivos.


Temor a nuevas responsabilidades. También ocurre con frecuencia que algunos ejecutivos entienden que pasar por un proceso de coaching los llevará a asumir nuevos desafíos y consecuentemente responsabilidades. Por distintas, razones estos ejecutivos no quieren asumir nuevos desafíos y prefieren ignorar las oportunidades de mejora de sus hábitos y comportamientos, como el impacto de éstos cambios sobre los resultados de la organización.


Los mejores ejecutivos son aquellos que buscan incesantemente oportunidades de mejora para la organización, asumiendo que estas pasan en parte por sí mismos, asumen con humildad la tarea de buscar oportunidades de perfeccionamiento personal y no temen asumir mayores responsabilidades.  En estos casos, el proceso de coaching enriquece a los individuos, los equipos de trabajo y consecuentemente a las organizaciones.

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