¿Puede un ejecutivo
o un emprendedor ser ayudado para desempeñar mejor su labor profesional,
mejorar sus relacionamiento con los otros y finalmente alcanzar mayores niveles
de satisfacción personal? A muchos
emprendedores no les gusta la idea de hablar sobre su actividad y menos sobre
sus problemas (mucho menos sobre sus limitaciones personales-profesionales). Simplemente,
los enfrentan, resuelven y siguen adelante.
Otros
emprendedores, a la hora de considerar ayuda para lograr sus objetivos, plantean
sus dudas sobre la capacidad del coaching ejecutivo para mejorar su
desempeño. El coaching ejecutivo es una
actividad poco conocida y difícil de entender en abstracto. Los coaches ejecutivos
no son psicoterapeutas que hurgan en el pasado para resolver los problemas del
presente, tampoco consultores a los que se les encomienda resolver problemas
concretos de la empresa. Son personas, sin credenciales académicas habilitantes
para el ejercicio de la profesión de coaching, pero que frecuentemente cuentan
con una rica experiencia profesional y académica que les permite ganar la
confianza del cliente o “coachee” y aplican ciertas técnicas que contribuyen a
que éste encuentre respuesta a sus inquietudes, insatisfacciones, desafíos o
problemas.
En los últimos
años, el coaching se ha convertido en una disciplina independiente, que ha dado
lugar a la constitución de muchas asociaciones profesionales, tales como Association
for Coaching, la International Coach Federation, y European Coaching and Mentoring Council.
Estas entidades han
contribuido a desarrollar un conjunto de normas de formación para los que
practican el coaching ejecutivo profesionalmente. El
objetivo de las mismas es el apoyo a un individuo en su camino para llegar a
donde quieren ser , así como el apoyo a los grupos de trabajo para lograr mejor
interrelación en su interior de modo alineado a las estrategias y procesos
organizacionales.
A veces los
clientes se sienten inquietos respecto a las implicancias del coaching. No
saben si este le reclamara grandes cambios en sus vidas, los que en muchos
casos no están dispuestos a realizar. El coaching ejecutivo supone alcanzar
mayores niveles de conciencia sobre comportamientos, emociones y formas de
relacionamientos que obstaculizan el logro de los objetivos tanto personales
como profesionales. Frecuentemente, el coaching ejecutivo lleva a pequeños
cambios de comportamientos con alto impacto en materia de resultados.
El coaching a empresarios
exitosos requiere algo más que una correcta metodología. Un buen coach ejecutivo
necesita conocimiento y empatía con el coachee. Estos factores, le permitirán comprender
sus desafíos, ponerse en su lugar, permitir que el coachee se ve reflejado en
él y desde allí desafiar su pensamiento hablándole con integridad y honestidad.
Es esencial que la
relación de coaching se construya sobre la confianza entre las partes, para
poder alcanzar los resultados pretendidos.
Como cualquier relación, la generación de confianza debe ser ganada en el
tiempo. Cuanto más rápido se alcance un nivel de confianza, más fácil será tratar
los problemas reales y cruciales que se debatirán y, por tanto, mayor valor extraerá
el coachee.
¿Cómo sabrá el cliente
si se está beneficiando con el proceso de coaching? A
igual, que un atleta podrá verificar cual es el impacto de su coach en el logro
de mejores marcas, rendimiento y
resultados tangibles.
En síntesis, el
coaching ejecutivo puede ser una herramienta eficaz para mejorar el desempeño
ejecutivo, lograr resultados que eran esquivos y alcanzar mayores niveles de
satisfacción en la vida personal. El éxito del proceso de coaching dependerá esencialmente
la calidad del coach elegido y de la relación entablada con él.
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