Todos queremos
alcanzar el éxito en la vida, pero no todos tenemos el mismo modo de abordar
este objetivo. El éxito en la vida, tanto en el plano del trabajo como fuera de
él, dependerá en gran medida por como cada uno define su concepto de “éxito”.
Bien definido el
concepto de éxito un puede trazarse objetivos y el logro de los mismos pasa por
aumentar el potencial de cada uno día tras día. Es lo que se llamamos “desarrollo
personal”.
El desarrollo
personal consiste en trabajar sobre uno mismo, desarrollando fortalezas y
neutralizando debilidades. Se trata de encarar un proceso permanente de
superación personal, que supone reemplazar hábitos que no se alinean con los
objetivos por otros más saludables y virtuosos.
Los nuevos hábitos pueden estar
asociados a trabajar más, pero también a trabajar mejor, a gestionar mejor
pensamientos negativos, a rodearse de gente estimulante, etc.
Lo que parece
fácil, en realidad no lo es tanto. Cambiar de hábitos y comportamientos es una
tarea difícil, tal como lo explican las neurociencias. Existen múltiples
trampas psicológicas que nos propondrán abandonar la tarea del desarrollo personal,
renunciando al rol de protagonista de nuestra vida proponiéndonos culpar a
otros de los problemas que enfrentamos y pretendiendo adormecer nuestra
consciencia a la hora de desistir en nuestros intentos de cambio.
Muchos sucumben
en cumplir con sus buenas intensiones. No es el caso de los verdaderos líderes,
quienes asumen la total responsabilidad para cambiar su vida y circunstancias, focalizándose
en aquello que son capaces de cambiar y esforzándose al máximo para lograrlo.
Un buen camino
para avanzar en su desarrollo personal pasa por identificar con claridad que es
lo que quiere lograr y como hacerlo. Contar con metas claras fortalecerán su convicción
por avanzar en el desarrollo personal y permitirá encontrar y desarrollar el
potencial de habilidades personales, muchas de ellas inexploradas hasta el
presente.
Por supuesto,
avanzar en este proceso de desarrollo requerirá esfuerzo, disciplina personal y
perseverancia. El éxito nunca se logra con facilidad, siempre requiere
esfuerzo. Para lograrlo es necesaria una cuota de optimismo (saber que uno
tiene el potencial y la capacidad de desarrollarlo), mantenerse enfocado en los
objetivos y las acciones para conseguirlos. De ese modo llegaran las
recompensas, las cuales se manifestaran en mayor satisfacción personal, salud
física y espiritual, y seguramente en mayores logros en su trabajo.
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