Esto supone un riesgo puesto que si no
cuidamos de nosotros mismos, difícilmente podamos cuidar de los demás, por no
hablar de conducirlos.
Cuando se habla de auto liderazgo es
conveniente tener presente cuatro ideas que
conducen al éxito.
La primera de ellas es tener en claro cuáles son los propios objetivos. Esto parte del
auto conocimiento y para ello es importante ganar en grados de consciencia
relativos a los valores que nos movilizan. Los objetivos que mejor honran a los
mismos, así como a las acciones que posibilitaran alcanzar tales objetivos. .
La segunda es el cuidado personal desde una perspectiva amplia que contempla nuestro
cuerpo, nuestra mente y nuestro espíritu. Esto supone ocuparse de del bienestar
físico a través de buena alimentación, ejercitación y descanso apropiado. También
del cuidado de nuestra mente, incorporando los múltiples conocimientos y
destrezas que nos permiten avanzar en nuestra carrera profesional. Y por
supuesto, nuestro cuidado de nuestro espíritu protegiéndolo de la toxicidad
proveniente de conflictos, riesgos o personas y ofreciéndole instancias para
encontrar nuestro equilibrio.
En tercer lugar, la permanente orientación a la superación personal. Los seres humanos tienen una cualidad intrínseca
orientada a la superación. Los líderes no solo orientan a la superación de sus
equipos de trabajo, sino que viven ese sentido de superación, que bien puede
estar asociado a un conjunto de pequeñas acciones diarias que en el tiempo den
sustento a profundas transformaciones personales.
El camino del éxito está lleno de derrotas,
por tanto la perseverancia en la
búsqueda de los resultados deseados forman parte de este camino. Esto supone la
capacidad de gestionar la frustración y desarrollar resiliencia ante los
errores y los fracasos.
Los mejores líderes son quienes logran
liderarse a sí mismos. A partir de su transformación personal logran
credibilidad e inspiran a que otros transiten los caminos que proponen.